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Poemas (Gabriel Palomo Ponce)

  • Gabriel Palomo Ponce
  • 21 oct 2024
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 3 nov 2024

Contra historia

 

Querida ¿Qué es el mal? ¿Qué es el amor?

¿Cuál es la fuerza que nos posee?

¿Dónde quedó la belleza? ¿Dónde la verdad?

¿Dónde la fuerza que vela por ti, por mí?

¿Qué es lo que nos hace avergonzarnos

de haber mentido y de haber roto los espejos?

¿De hacer vista gorda a la inclemencia del fuego?

 

 Y mientras el mundo continúa su orgía incesante,

¿Qué es lo que convierte las palabras que arrojamos

en fichas carentes de símbolo y valor?,

¿Por qué es que cualquier cosa en esta tierra

que nosotros no entendemos

nos impele a estar arrodillados

y a abdicar del antiguo orden?

 

Las reglas de las instituciones no se cumplen,

las reglas de los hombres se sabotean,

pero las reglas de nuestro lenguaje presumen la sombra

por eso aún andamos a gachas

tanteando una historia desconocida

que no nos pertenece y que creemos única.

 

Algo nos ha dicho: despierta, no hay nada que buscar

y el deseo, invicto, reclama su porción de espíritu

su carne esotérica.

Todo lo que siempre quisimos

está aquí, en la punta de la lengua

y en la punta del lápiz, a punto de invocar

su propia marcha fúnebre

una condena anticipada, una palabra de despecho,

un mundo derrumbado

ante la farsa del vidente.






Caímos en la trampa de la consciencia alienada,

hicieron de nosotros pura carne de cañón,

nos transformaron en la marioneta de algún titiritero

escondido entre sombras conspirativas.

 

Al momento de tomarnos la mano,

marchando por esas calles desvencijadas

entre consignas, rimas inútiles y disonantes

estábamos sellando la trama de la discordia.

 

Nunca hubiéramos podido intuirlo:

una parte de nosotros quería quemarlo todo

pero la otra se aferraba a los viejos esquemas.

Asustados, hicimos del otro la proyección de nuestra más profunda carencia.

Y a eso le llamamos amor. Y a eso le llamamos poesía.

 

¿Cuál será el final de esta obra difusa? ¿Cómo sigue la farsa?

¿Quién leerá nuestros lamentos e imprecaciones,

cuando las páginas sean consumidas por su propia combustión?

 

Caído el relato, caída la máscara

Ya no hay calle de regreso,

ya no hay página de sangre,

solo nos queda el rostro descubierto

y una mentira insolente

que reclama justicia.






Nuestras palabras, querida,

Nuestras palabras dichas en el vacío

ese montón de energía funeraria

¿Tuvo, alguna vez, un sentido para nosotros?

No, fue solo un juego de niños cósmicos

dentro de una fiesta de caos

jugando a declamar y a vivir la poesía

como una fiesta que se prolongó demasiado

hasta al punto de volverse insomne,

y apagarse las luces y apagarse la música

Entonces ¿Para qué el sentido? ¿Para qué la palabra?

La conmoción podría ser la respuesta,

la conmoción de nuestros silencios y nuestras ausencias

que aún fornican a nuestras espaldas

riéndose de nosotros

pariendo la realidad, a raudales.






La fiesta

 

Mucho antes de la peste,

La poesía era una verdadera fiesta

Y adorábamos declamar, reír, fingir

Bajo esa noche de expresiones teatrales

Cada quien con un gesto impostado

Procuraba robarse el corazón de los presentes

Pero tú y yo sabíamos que eso era pura mascarada

Que al día siguiente éramos simples comensales

Soñadores con demasiada imaginación

Creadores sin suficiente presupuesto

Apostándolo todo en un encuentro prohibido

Abominando de nuestras propias sombras

Con el rumor de la belleza y la virtud

Conspirando bajo el velo de las sábanas

Que envolvían los libros desparramados

Y los cuerpos extasiados,

arrebatados por la pasión, la complicidad

seducidos por el fulgor de la muerte

Por el presentimiento de un mañana sin nombre.

Mucho antes de la peste

Mucho antes del gran estallido

Mucho antes de la gran conspiración

La poesía era una fiesta

Y a nosotros el destino, inexorable, nos apagó la música

Nos apagó las luces para huir de todos los sitios

Y acabar divididos por la imbatible noche

Que todavía vela cada una de nuestras palabras

y nuestros silencios, cómplices del desastre.


Por Gabriel Palomo Ponce


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Gabriel Palomo Ponce (1988). Oriundo de Valparaíso. Escritor, poeta y profesor de Lenguaje y Comunicación. Fue becario del taller de poesía de Fundación Neruda (2008). Publicó el libro Rinconada. Crónicas del adentro y del afuera (2019) por Taller de libros de Ediciones Inubicalistas y el libro A destiempo. Reminiscencias e instantáneas (2022) por Editorial Plexoamérica. Instagram @gabriel.palomo.ponce



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